Por Sheij Moulānā Muḥammad Salīm Dhorāt (ḥafiẓaẖuḻāẖ)
Como creyentes, todos tenemos la responsabilidad de vivir nuestras vidas de acuerdo con las las Órdenes decretadas por Aḻāẖ Subḥānaẖu wa Ta‘ālā. Aunque algunos son más culpables que otros, de vez en cuando, cada uno de nosotros termina rompiendo Sus Leyes.
Mientras estaba aconsejando a amigos que se unieron a mí en I‘tikāf durante los últimos diez días de ramaḍān de este año (2007), cruzó por mi mente un pensamiento que sentí con mucha convicción que sería útil para que un creyente se pueda mantener dentro de los límites establecidos por Aḻāẖ Subḥānaẖu wa Ta‘ālā; por lo tanto, también me gustaría compartirlo con mis queridos lectores.
Rasūluḻāẖ ﷺ dijo:
إِنَّمَا الْأَعْمَالُ بِالْخَوَاتِيْمِ
«Las acciones son juzgadas por el resultado final [es decir, la muerte]».
A la luz de este ḥadīz, antes de llevar a cabo cualquier acción, cada individuo debe imaginar que esa podría ser su última acción. Realizar este ejercicio con plena convicción será suficiente para mantenernos firmes en la abstención de los pecados y el cumplimiento de las Órdenes de Aḻāẖ Subḥānaẖu wa Ta‘ālā.
Además, eso mejorará la calidad de nuestras buenas obras y nos ayudará a abstenernos de los pecados. Tomemos un ejemplo para entenderlo mejor:
Si una persona que está lista para ofrecer el ṣalāẖ se imagina que esa podría ser su última acción y que podría no volver a tener la oportunidad de realizar otro ṣalāẖ, ella logrará concentrarse más intensamente y aumentar mucho más su sinceridad. De manera similar, si una persona que tiene pensado abandonar el ṣalāẖ por pereza se imagina que esos podrían ser los últimos instantes de su vida, entonces se animará para realizar el ṣalāẖ.
Cada vez que surja una oportunidad para pecar, ya sea para mirar lascivamente (con inclinación hacia el placer sexual), hablar mal de alguien, cometer adulterio, tomar intoxicantes, etc., debemos imaginarnos que estos son los últimos momentos de nuestras vidas. Uno debe preguntarse: «¿Qué tal si llego a morir cometiendo este pecado? Rasūluḻāẖ ﷺ dijo que cada persona será resucitada en la condición en que falleció, por lo tanto, ¿como podré presentarme ante mi Creador?».
Inshāʼalāẖ, este ejercicio resultará útil para mantenernos en el camino de la Complacencia de Aḻāẖ Subḥānaẖu wa Ta‘ālā y mantenernos alejados de Su Desagrado.
© At-Tazkiyah