El bendecido mes de Ramaḍān es un mes de bendiciones, misericordia y perdón. Este sagrado mes pasará sin que nos demos cuenta de los momentos tan preciosos y valiosos que hemos desperdiciado. Lo que se ha ido no puede regresar, y lo que se ha perdido no se puede recuperar. Para el que desea adquirir el placer de Aḻāẖ Ta’ālā, incluso un momento es suficiente.
Rasūluḻāẖ ṣaḻaḻāẖu ‘aleiẖi wa saḻam dijo en un ḥadiz que Ramaḍān es un mes cuyo inicio es misericordia, cuya mitad es perdón y cuyo final es liberación del Fuego del Ỵaẖannam (Ibn Jużaymaẖ).
Desde el inicio de Ramaḍān, la Misericordia de Aḻāẖ Ta’ālā desciende sobre aquellos siervos muy piadosos que no tienen pecados en su libro de obras. En cuanto a los pecadores, hay de dos tipos: Pecadores de un grado inferior, y aquellos que están tan contaminados que si fallecieran en su estado actual se irían directamente al Fuego del Ỵaẖannam.
Respecto a los pecadores de un grado inferior, sus pecados son perdonados después de que se hayan esforzado durante 10 días. Al ver su dedicación y esfuerzo, Aḻāẖ Ta’ālā los colma de su perdón al final de los primeros 10 días. Para aquellos contaminados con pecados sobre los que el Ỵaẖannam es wāỵib (obligatorio), después de esforzarse arduamente durante 20 días, el perdón de Aḻāẖ Ta’ālā los envuelve, y luego se les concede liberación del Fuego del Ỵaẖannam. ¡Cuán misericordioso es Aḻāẖ Ta’ālā!
Le pedimos a Aḻāẖ Ta’ālā que nos conceda Ỵannat-ul-Firdous con Su Placer eterno, y que nos proteja del Fuego del Ỵaẖannam. Āmīn.
Sheij Moulānā Muḥammad Salīm Dhorat ḥafiẓaẖuḻāẖ
© At-Tazkiyah
Traducido por Ibn Yusuf Rawat