Por Sheij Moulānā Muḥammad Salīm Dhorāt (ḥafiẓaẖuḻāẖ)
Necesitamos acostumbrarnos a ayunar con regularidad. Hubo una época en que las personas solían ayunar y realizar el ṣalāẖ de Taẖaỵỵud con tanta frecuencia que los efectos de sus ayunos y su adoración se veían en sus rostros. Sin embargo, hoy en día estas cualidades y rasgos son raramente visibles porque ya no se les da importancia a estas acciones.
Es por esto que es importante que nos habituemos a ayunar fuera de ramaḍān (mes islámico en el que fue revelado el Sagrado Qur’ān) también. Podemos empezar observando los ayunos masnūn de las ocasiones especiales del año, por ejemplo, los seis ayunos de shawwāl (décimo mes islámico), los ayunos del 9 y 10 o 10 y 11 de muḥarram (primer mes islámico), y los ayunos de los primeros 9 días de ḏẕūl-ḥiỵỵaẖ (último mes islámico). Una vez que uno se haya familiarizado con estos ayunos, debe realizar otra acción mustaḥab (deseable) de Nabī ﷺ, es decir, ayunar en los Eiyyāmul-Bīd (13, 14 y 15 de cada mes islámico). Después, debe ayunar cada lunes y jueves, lo cual también es mustaḥab. Luego, puede avanzar hacia el ṣawm (ayuno) de Seiyyidunā Dāwūd, ‘aleiẖis-salām (que la paz esté con él), que es el mejor método para ayunar fuera de ramaḍān.
Rasūluḻāẖ (el Mensajero de Aḻāẖ) ﷺ dijo:
«El más amado ayuno por Aḻāẖ es el ayuno de Dāwūd ‘aleiẖis-salām… él solía ayunar un día sí y otro no» (Al-Bujārī, Muslim).
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